¿A DÓNDE NOS LLEVA LA LEY
UNIVERSITARIA?
EL ADIÓS A LA ANR
Para
muchos, el gran problema de la universidad peruana es que es liderada por la Asamblea Nacional de Rectores (ANR),
órgano autónomo que –según sus detractores- no habría cumplido su función de
promover la calidad universitaria y enquistarse como una institución que cuide
los privilegios de los rectores y otras autoridades.
El
caso del rector de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (UIGV) es un
ejemplo que usa a menudo Mora, quien es presidente de la Comisión de Educación,
para desacreditar el trabajo de la ANR, que, por cierto, tardó varios meses en
iniciar investigación e intervenir en la referida casa de estudios.
El
proyecto plantea la desaparición total de la ANR, de modo que ya no serán
los rectores quienes controlen el sistema universitario, pero a la vez abre
pasa a un polémico órgano.
LA CREACIÓN DE LA SUNEU
Desde
que la Superintendencia Nacional de Educación
Universitaria (Suneu)fue incluida en el texto del proyecto, se
generó un debate no solo por ser una institución a crear con la ley, sino
también por su adscripción al Ministerio de Educación.
En
este último punto, Mora ha defendido hasta el cansancio que se necesita que
esté adscrita al ministerio sin que ello signifique una dependencia del
Gobierno y, a su vez, esto se representa en una pérdida de la autonomía
universitaria.
Para
el presidente de la ANR, Orlando Velásquez, la creación de la Suneu perfila al
Estado como intervencionista en la enseñanza universitaria y su autonomía,
amparada por la propia Constitución Política del Perú.
El
recuerdo de la Consejo Nacional de la Universidad Peruana (CONUP) asecha a la
Suneu, no solo por el poder que tendría en el sistema, sino también por la
composición de su directorio. A fin de que esta parte del proyecto no sea
vapuleado, Mora realizó algunas modificaciones, de moda que de los ocho
integrantes de la Suneu, solo podrían ocupar el cargo de presidente, los dos
representantes de las universidades públicas y privadas.
ACREDITACIÓN OBLIGATORIA
Pero
así como tiene artículos que son cuestionados, el proyecto también tiene
propuestas aplaudidas por la mayoría. En la actualidad, las carreras
universitarias pueden acreditar su calidad de forma voluntaria, con el proyecto
esto será obligatorio.
Desde
hace años, opera en el Perú, el Sineace que, a través del Coneau, se
encarga de elevar los estándares de calidad en la educación universitaria,
mediante la acreditación y certificación de las carreras y facultades.
La
nueva ley universitaria indica que aquellas carreras que no sean acreditadas en
tres pruebas consecutivas, en un plazo no mayor a los siete años, podrían ser
cerradas o clausuradas por la Suneu.
Por
si fuera poco, aquellas facultades que no sean acreditadas, solo podrán
entregar títulos a nombre de la universidad y ya no de la Nación. Mora sostuvo
que ahora dependerá de los postulantes elegir una universidad que no está
acreditada y que solo puede entregar títulos a nombre propio. Por la poca
demanda –según dijo el legislador de Perú Posible-, estas casas de estudio
terminarán por cerrar.
ELIMINACIÓN DEL BACHILLER AUTOMÁTICO
En
la actualidad, el estudiante que concluye con éxitos sus ciclos académicos y
los créditos necesarios obtiene el grado de bachiller, previo pago del derecho
que la universidad crea conveniente. En pocas palabras, es automático al
terminar los estudios.
Con
la nueva ley, el universitario no solo tendrá que pagar por el derecho, sino
también deberá presentar, de forma obligatoria, una tesis de investigación, tal
como lo hace hoy en día para la titulación profesional.
En
tanto, para la licenciatura, podrá presentar una segunda tesis de
investigación, un trabajo de suficiencia profesional o una prueba rigurosa que
la universidad crea por conveniente.
GRATUIDAD DE LA ENSEÑANZA SOLO PARA LA PRIMERA CARRERA
El
estudiante de la universidad pública, hoy en día, goza de la educación
gratuita, así sea su primera o quinta carrera. Sin embargo, el proyecto de ley
en discusión tan solo garantiza la gratuidad para la primera carrera.
Ello
no quiere decir que las universidades nacionales están obligadas a realizar
cobros a los estudiantes que tenga más de una carrera. El parlamentario Mora
explicó que ya quedará en el reglamento de cada universidad determinar si se le
cobra o no al alumno y cuál sería este eventual costo.
La Federación
de Estudiantes del Perú (FEP)
se mostró en contra de este
capítulo, señalando que muchas veces el alumno encuentra su verdadera vocación
en la segunda carrera o, tal como está el mercado competitivo, requiere
continuar con los estudios universitarios.
FIN DE LOS ESTUDIANTES ETERNOS
Un
punto interesante a discutirse en el Pleno del Congreso es el que indica los
derechos y deberes del estudiante. Aunque, inicialmente, se intentó establecer
un plazo para que el estudiante concluya sus ciclos académicos, esto se
modificó debido a que no todas las carreras tienen la misma duración y no todos
los cursos se abren en todos los períodos.
Sin
embargo, para ponerle fin a los denominados ‘estudiantes eternos’, se fijó que
el alumno solo podrá jalar tres veces un mismo curso, de manera consecutiva. De
ocurrir ello, las autoridades universitarias determinarán si es separado
automáticamente de la casa de estudios o lleva la materia por cuarta vez y de
manera especial.